jueves, 22 de agosto de 2013

Enfermedad de Parkinson


La enfermedad de Parkinson (EP), también denominada Parkinsonismo idiopático, parálisis agitante o simplemente párkinson, es un trastorno neurodegenerativo crónico que conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva, producido a consecuencia de la destrucción, por causas que todavía se desconocen, de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra Frecuentemente clasificada como un trastorno del movimiento, la enfermedad de Parkinson también desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma.
Esta enfermedad representa el siguiente trastorno neurodegenerativo por su frecuencia, situándose por detrás de la enfermedad de Alzheimer.Está extendida por todo el mundo y afecta tanto al sexo masculino como al femenino, siendo frecuente que aparezca a partir del sexto decenio de vida. Sin embargo, además de esta variedad tardía, existe otra versión precoz que se manifiesta en edades inferiores a los cuarenta años.
En la actualidad, el diagnóstico está basado en la clínica, puesto que no se ha identificado ningún marcador biológico de esta enfermedad. Por ello, el diagnóstico de la misma se apoya en la detección de la característica tríada rigidez-temblor-bradikinesia y en la ausencia de síntomas atípicos, aunque también tiene importancia la exclusión de otros posibles trastornos por medio de técnicas de imagen cerebral o de analíticas sanguíneas. En el año 1997, la Organización Mundial de la Salud estableció que el 11 de abril se celebraría el Día mundial del Parkinson, con el objetivo de acrecentar la concienciación de las necesidades de las personas aquejadas de esta dolencia. Fue esta la fecha escogida al coincidir con el nacimiento de James Parkinson, el médico británico que describió por primera vez la «parálisis agitante», término que él mismo acuñó
Diagnostico: .
El diagnóstico de EP, que es generalmente clínico, puede llegar a revestir una gran complejidad. Esta dificultad en la diagnosis es corriente que aparezca en los primeros estadios de la enfermedad, cuando los síntomas que el paciente presenta pueden ser atribuidos a otros trastornos. Consecuencia directa de este hecho es la elaboración de diagnósticos erróneos.
Es importante dentro de la semiologia de la enfermedad de Parkinson, realizar un exhaustivo interrogatorio para averiguar otras posibles causas que diferencien a la enfermedad de Parkinson con otros posibles síndromes extrapiramidales, ya que de inicio no existe una diferencia clara en el diagnóstico por las características clínicas que son compartidas por otros trastornos del movimiento.
No existe ninguna prueba de laboratorio o estudio radiológico que permita diagnosticar la enfermedad, aunque algunas empresas de diagnósticos genéticos sí que ofrecen test para la secuenciación de los genes SPARK1, SPARK2 y SPARK4 altamente relacionados con la enfermedad, aunque la detección de mutaciones en estos genes no determina terminantemente el futuro desarrollo de la enfermedad en el individuo. Este tipo de pruebas están dirigidas a familias con alta incidencia de la enfermedad de Parkinson y que los enfermos en su gran mayoría presentaran alguna mutación concreta en alguno de estos genes SPARK. En estos casos se podría secuenciar en alguno de sus descendientes el gen en el cual se presenta la mutación familiar, aunque aún así, la existencia o no de la mutación no asegura la presencia de la enfermedad. Con todo esto ni siquiera es recomendable realizar este tipo de secuenciaciones si no se ha presentado previamente ningún síntoma de la enfermedad, al ser una enfermedad grave y actualmente sin cura, los pacientes rara vez prefieren no saber su futuro con respecto al Parkinson.
También es frecuente que se realicen analíticas sanguíneas con el objetivo de descartar otros posibles trastornos, como el hipotiroidismo (al igual que EP, conlleva una ralentización en los movimientos), una disfunción hepática o patologías autoinmunes. Por otra parte, las técnicas de imagen cerebral, como son la resonancia magnética, la tomografía por emisión de positrones o la tomografía por emisión de fotón único, son eficaces a la hora de excluir otras dolencias que desencadenen síntomas parecidos a los de EP, como un accidente cerebrovascular o un tumor cerebral.
Resulta habitual que los facultativos formulen preguntas al paciente con las que pretenden dilucidar si este consumió alguna clase de estupefaciente o si estuvo expuesto a virus o toxinas medioambientales, para así determinar si un factor específico pudo haber sido la causa de un parkinsonismo. Es objeto de observación la actividad muscular del paciente durante un periodo de tiempo, pues con el avance de la enfermedad los trastornos motores específicos se vuelven más evidentes.
Un indicativo diagnostico suele ser la prueba terapéutica, que consiste en la aplicación de terapia farmacológica con Levodopa (que es considerado el fármaco de elección en el tratamiento de enfermedad de Parkinson) por al menos 30 días observando de cerca la evolución del paciente. Se considera prueba Positiva si responde radicalmente al tratamiento con Levodopa y se considera negativa si no existe respuesta en absoluto. La prueba terapéutica con Levodopa suele ser confirmatoria si se sospecha la enfermedad; sin embargo si la prueba resulta negativa el médico tendrá que seguir investigando otras probables causas del trastorno o realizar estudios de mayor profundidad como los marcadores genéticos.

 Los síntomasl pueden ser leves al principio. Por ejemplo, el paciente puede tener un temblor leve o una ligera sensación de que una pierna o pie está rígido y se arrastra. Los síntomas pueden afectar uno o ambos lados del cuerpo y pueden abarcar:
  • Parpadeo lento
  • Estreñimiento
  • Dificultad para deglutir
  • Babeo
  • Alteración del equilibrio y la marcha
  • Falta de expresión facial (como si estuviera usando una máscara)
  • Achaques y dolores musculares
  • Problemas con el movimiento que pueden abarcar:
    • dificultad para iniciar el movimiento, como comenzar a caminar o pararse de una silla
    • dificultad para continuar el movimiento
    • movimientos lentos
    • pérdida de movimientos pequeños o finos de la mano (la escritura puede volverse pequeña y difícil de leer; comer se vuelve más difícil)
  • Músculos rígidos o tensos (a menudo comenzando en las piernas)
  • Agitación, temblores
    • generalmente ocurren en las extremidades en momentos de reposo o cuando se extiende el brazo o la pierna
    • desaparecen durante el movimiento
    • con el tiempo, se pueden observar en la cabeza, los labios, la lengua y los pies
    • pueden empeorar cuando la persona está cansada, excitada o estresada
    • puede presentarse frotamiento del pulgar y dedos de la mano (rodamiento de píldora)
  • Habla más tranquila y lenta, y voz monótona
  • Postura encorvada
  • Presión arterial baja al levantarse, sudoración, babeo, falta de control de la temperatura corporal. Estos problemas se deben a algo llamado disfunción autónoma.
Otros síntomas pueden ser:

Tratamiento

No se conoce ninguna cura para el mal de Parkinson y el objetivo del tratamiento es controlar los síntomas.
Los medicamentos controlan los síntomas principalmente mediante el incremento de los niveles de dopamina en el cerebro. En ciertos momentos durante el día, los efectos provechosos de los medicamentos a menudo desaparecen y los síntomas pueden retornar. Si esto sucede, el médico posiblemente necesite cambiar:
  • El tipo de medicamento
  • La dosis
  • La cantidad de tiempo entre dosis
  • La forma como se toman los medicamentos
Trabaje de la mano con los médicos y terapeutas para encontrar el programa del tratamiento que mejor le funcione. Nunca cambie ni deje de tomar ningún medicamento sin hablar con el médico.
Muchos medicamentos pueden causar efectos secundarios graves, entre ellos alucinaciones, náuseas, vómitos, diarrea y delirio, así que el control y seguimiento por parte del médico es importante.
Finalmente, es posible que síntomas como la postura inclinada, los movimientos rígidos y las dificultades en el habla no respondan muy bien al tratamiento farmacológico.
Los medicamentos utilizados para tratar los síntomas relacionados con el mal de Parkinson abarcan:
  • Levodopa (L-dopa), Sinemet, levodopa y carbidopa (Altamet)
  • Pramipexol (Mirapex), ropinirol (Requip), bromocriptina (Parlodel)
  • Selegilin (Eldepryl, Deprenyl), rasagilina (Azilect)
  • Amantadina o medicamentos anticolinérgicos para reducir los temblores iniciales o leves
  • Entacapona
Cambios en el estilo de vida que pueden ser provechosos para el mal de Parkinson:
  • Buena nutrición y salud en general, Se necesitan cambios en lo que usted come o bebe si hay problemas en la deglución.
  • Hacer ejercicio, pero ajustando el nivel de actividad para satisfacer los niveles de energía cambiantes.
  • Tener períodos regulares de descanso y evitar el estrés.
  • Fisioterapia, logopedia y terapia ocupacional.
  • Barandas o pasamanos ubicados en las áreas comúnmente usadas de la casa. Otros cambios pueden ser necesarios en el hogar para prevenir caídas y hacer que el baño sea seguro.
  • Dispositivos de ayuda, tales como utensilios de cocina especiales, sillas de ruedas, elevadores, sillas para baños, caminadores y barras en la pared.
  • Trabajadores sociales u otros servicios de asesoría que le ayuden a hacer frente a su enfermedad y obtener asistencia adecuada, como servicios de comidas a domicilio.
La cirugía puede ser una opción para algunos pacientes con mal de Parkinson. Estas cirugías no curan el Parkinson, pero puede ayudar a aliviar los síntomas.
  • La estimulación cerebral profunda consiste en colocar estimuladores eléctricos en áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento.
  • Otro tipo de cirugía destruye tejidos cerebrales que causan síntomas de Parkinson.
  • El trasplante de células madre y otros ensayos clínicos están actualmente en curso en los EE.UU. Para más información, consulte: www.pdtrials.org.
  • Pruebas y exámenes

    Es posible que el médico pueda diagnosticar el mal de Parkinson basándose en los síntomas y en el examen físico. Sin embargo, los síntomas pueden ser difíciles de evaluar, particularmente en los ancianos, y se vuelven más claros a medida que la enfermedad empeora.
    El examen de un médico puede mostrar:
  • Dificultad para iniciar o finalizar los movimientos voluntarios
  • Movimientos espasmódicos y rígidos
  • Atrofia muscular
  • Estremecimiento (temblores)
  • Cambios en la frecuencia cardíaca
Los reflejos deben ser normales.
Se pueden necesitar exámenes para descartar otros trastornos que causan síntomas similares.
  •  

Pronóstico

Sin tratamiento, esta enfermedad empeorará hasta que la persona esté totalmente incapacitada. El mal de Parkinson puede llevar a un deterioro de todas las funciones cerebrales y a una muerte prematura.
La mayoría de las personas responden a los medicamentos. El grado de alivio de los síntomas y por cuánto tiempo puede ser muy diferente en cada persona. Los efectos secundarios de los medicamentos pueden ser severos.

Posibles complicaciones

  • Dificultad para realizar las actividades diarias
  • Dificultad para tragar o para comer
  • Discapacidad (difiere de una persona a otra)
  • Lesiones por caídas
  • Neumonía por inhalar (aspirar) saliva
  • Efectos secundarios de medicamentos
  •  
    El tratamiento del mal de Parkinson con el uso de la TMS inteligente® ActiPulse®
    (La Estimulacion Magnetica Transcraneal, una nueva y potente herramienta en neurología)
    Para leer con atención
    El tratamiento del mal de Parkinson con la terapia TMS inteligente® ActiPulse® necesita de dos gorros (incluidos en cada paquete básico Actipulse Pro y Actipulse Hom). El primer gorro es el clásico y tiene la bobina en la parte superior  para una difusión de las ondas electromagnéticas por encima del cráneo.El segundo gorro tiene la bobina atrás en la parte de la nuca, para la transmisión de las diferentes ondas electromagnéticas pulsadas programadas a partir de la nuca del paciente.
    ¿Por qué eso?
    Por experiencia hemos determinado que el tratamiento del  Parkinson con la TMS inteligente® ActiPulse®, a partir de una difusión de las ondas electromagnéticas en estos dos niveles de la cabeza, da resultados mucho más rápidos y positivos.
    ¿A qué se debe?
    En el caso particular del mal de Parkinson, se debe saber que la mayoría del tiempo este mal  proviene de una disminución progresiva de la substancia negra situada en el centro del cráneo, zona muy importante que procesa por medio de la células los neurotransmisores esenciales para controlar los movimientos y sus coordinaciones.
    En el tratamiento particular del mal de Parkinson es necesario alternar las sesiones poniendo normalmente una vez sobre dos cada tipo de gorro, ósea el gorro con la bobina situada arriba en la primera sesión y a la siguiente utilizar el segundo gorro que tiene la bobina atrás para una difusión de las ondas electromagnéticas en la nuca.
    Para sintonizar correctamente los diferentes parámetros del equipo ActiPulse Hom® tomar referencia de las tablas de tratamientos aconsejados situadas al final del manual (son pasos muy fáciles de seguir ). Es importante también determinar por cada paciente, cuál de los dos gorros le da  mejor resultado , sabiendo que cada persona puede reaccionar de manera diferente. Si uno de los dos gorros le da mejor resultado, se deberá utilizar de preferencia el mismo dos veces sobre tres (un día con el gorro de mejor resultado, la siguiente sesión de otro día con el mismo y la tercera sesión algunos días después con el otro gorro). Nunca dejar de usar los dos gorros.
    Tiempo de cada fase (TIMER). En el caso de Parkinson el tiempo de la primera fase como de las demás puede ser de 8 o de 16 minutos,  según los resultados obtenidos. Pero es siempre mejor de multiplicar las sesiones (por ejemplo hasta 3 a 4 sesiones a la semana) en vez de aumentar el tiempo de cada sesión.

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